Decíamos Dictadura y en los primeros dos mil incorporamos “cívico” para referir al poder económico que la organizó, promovió y de la cual se benefició. Dictadura cívico militar. A partir del kirchnerismo fueron frecuentes las denuncias políticas a estos grupos económicos dominantes que no fueron juzgados en 1985, el año del Juicio. Por este motivo la derrota de los comandantes fue la victoria económico-social de la dictadura, como dice Fernando Rosso en una nota que comentamos. Cita a la biografía no autorizada de Massera, Almirante Cero, donde su autor el periodista Claudio Uriarte fijó los límites estructurales del régimen surgido después del genocidio: la paradoja del Juicio consistió en que se juzgó a los ejecutores del Proceso pero no a los procesistas. A los jefes militares, pero no a los beneficiarios económicos y políticos directos o indirectos. Y cuando se alcanzaron los objetivos originales del proyecto político-económico de la dictadura, cambiaron los fines y los medios se tornaron obsoletos. Ya no era útil secuestrar, torturar, matar, desaparecer. Rosso afirma que el Juicio tuvo un límite físico y fueron las puertas de las fábricas y empresas: fuera de la propiedad privada todo, dentro de la propiedad privada nada. Decimos nosotros: este es un límite que siguen teniendo las memoras mas difundidas sobre el Terrorismo de Estado. Y el que tiene la democracia que cumple 40 años.
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