Los Pueblos Indígenas de nuestro país cuentan con desaparecidos y asesinados que militaban en organizaciones sociales o eran líderes que defendían sus territorios
Se reconoce como víctimas de la dictadura a militantes sociales, sindicalistas, estudiantes, a personas que debieron exiliarse, obreros, políticos, intelectuales. Pero en este universo y en los relatos rara vez se menciona a los Pueblos Indígenas.
Existen historias, que dan cuenta de la participación de integrantes de Pueblos y Comunidades en organizaciones que resistieron los embates de la dictadura: secuestrados, asesinados, desaparecidos.
La antropóloga Diana Lenton, investigadora del CONICET, resignificó el concepto de genocidio: Las reivindicaciones también deben incluir a las víctimas Indigenas.
Desaparecidos indígenas
Celestino Aigo joven mapuche, vivía en la localidad neuquina de Aluminé, militante social del Barrio Villa Florencia de Neuquén. Secuestrado de su casa la noche del 22 de agosto cuando tenía 23 años. Era un activo militante por los derechos de su pueblo ancestral.
En agosto de 1976, Teresa Aigo tenía 14 años cuando militares armados y encapuchados golpearon la puerta de su casa del barrio Villa Florencia, en donde vivía con sus padres y sus hermanos Elsa y Celestino. El miedo los paralizó y al no responder, los encapuchados derribaron la puerta y entraron poniendo un arma en la cabeza a cada persona que había.
Fueron directo al esposo de Elsa, Juan Alberto Manque Ñanculef, y le preguntaron su nombre. Luego hicieron lo mismo con Celestino. “Así que vos sos el famoso Chino”, le dijeron. Inmediatamente se escuchó “un culatazo o un golpe contra la pared”, relató Teresa, “se lo llevaron y esa fue la última vez que supimos algo de él”.
Gladys Canelo, prima de Horacio Canelo, militante peronista descendiente del pueblo comechingón, desaparecido el 12 de junio de 1979 tras su paso por el centro clandestino de detención La Perla. Gladys confiesa que, aunque se sabían descendientes, la recuperación de la identidad comechingona comenzó a principios del siglo XXI, muchos años después de la desaparición de su primo. “Nuestro derecho es preservar las costumbres, pero tenemos que entender que formamos parte de este Estado. Este territorio no va a volver a ser lo que fue antes de la conquista. Por eso creo que la interculturalidad debe ser el verdadero fin”, reflexionó.
Sergio Wenceslao Copa, tenía 20 años y militaba en la Juventud Peronista. Fue secuestrado el 2 de septiembre de 1976, en el departamento salteño de Rivadavia, y desde entonces permanece desaparecido. Nacido en San Ramón de la Nueva Orán, Salta, el 23 de febrero de 1956, En sus venas corría sangre de los pueblos indígenas. El vínculo con sus orígenes, fue lo que despertó su interés militante. Fue el 2 de septiembre de 1976. En 2009, el Concejo Deliberante de la ciudad de Orán designó a pedido de los organismos de Derechos Humanos 7 calles con el nombre de los desaparecidos y asesinados del lugar. Una de esas calles lleva el nombre de “Militante Peronista Sergio W. Copa”.
En Jujuy, los Kereimba Iyambae, guaraníes, investigan las desapariciones en el apagón del Ingenio Ledesma.
En Santa Fe, los miembros de los Pueblos Q’om y Moqoit investigan los episodios vividos en los ’70 en relación con otros hechos históricos: las luchas por la independencia o la Asamblea del año XIII.
“Nuestros hermanos militaron dentro de las líneas partidarias, sindicales, porque la lucha que teníamos no era sobre el derecho indígena. Era más amplia, cambiar el paradigma de una Argentina lineal y ser parte del armado de la nueva Argentina.
Una Argentina pluricultural basada en el respeto mutuo, ese es el objetivo. MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA por los PUEBLOS INDÍGENAS.
INFORME: Sandra Ceballos - AREA DE PUEBLOS INDIGENAS
WEB: Josefina Adrover
EMISORA: Radio Nacional LRA1