El cumplimiento del aislamiento social preventivo de los últimos meses hace que los niños vean modificadas todas sus rutinas, y una de ellas es la de la salud bucodental. Para conocer cuales son los hábitos que deben continuar o modificarse y especialmente la manera en la que los adultos debieran situarse ante esta situación, Patricia Leguiza de Radio Nacional Resistencia dialogó con la doctora Mirna Kazmer, odontopediatra, quien dio algunas recomendaciones: “lo primero es tener mucha paciencia sobre todo porque los niños tienen momentos de equilibrio y desequilibrio que constituyen etapas en esta cuarentena que afecta a todos, en la que los adultos debemos establecer determinadas reglas porque las caries por ejemplo, no están de cuarentena”.
Kazmer puso énfasis en la necesidad del cepillado diario, en disminuir la ingesta de hidratos de carbono y de establecer una dieta saludable con el consumo de frutas, verduras Etc. y también mencionó al bruxismo que es el hábito de apretar o rechinar los dientes de forma involuntaria que se manifiesta en algunos niños y que muchas veces tiene como causa probable la tensión emocional o estrés, especialmente en aquellos hiperactivos o muy ansiosos, y sugirió como una manera de disminuirlo que los niños hagan algún tipo de actividad física, higiniezarlos y retomar los viejos hábitos de leerles un cuento, tranquilizarlos y sobre todo no exponerlos, antes de dormir, a películas o programas de televisión violentos o tensionantes.
La doctora hizo referencia también a los aparatos de ortopedia, que son removibles y los de ortodoncia que son fijos y a las prevenciones que hay que tener en cada caso en particular como por ejemplo los extremados cuidados de higiene. Asimos remarcó que los odontólogos cumplen estrictamente con las normas y protocolos de bioseguridad cuando atienden a un paciente y que están potenciados en este tiempo de pandemia.

La profesional indicó, como dato muy importante a tener en cuenta por parte de los papás, el cepillado obligatorio después de las comidas de acuerdo con la edad de cada niño y, de ser necesario, acudir a la consulta profesional ya sea en forma personalizada o la virtual que muchos profesionales están utilizando.