-El club fue lo mejor que me pudo haber pasado en ese momento.
Así recuerda Jorge “Cirilo” García su llegada a Leandro N. Alem para ser parte de los premini. El club en el que empezó a jugar al básquetbol y en el que fue convirtiéndose en ese base que todos recuerdan como un gran malabarista.
En diálogo con Radio Nacional Bahía Blanca rememoró a sus 55 años todo lo que significó el club que estaba a la vuelta de su casa y en el que cosechó amigos y los mejores pasajes de su infancia y adolescencia.
Radicado en Puerto Madryn desde 1985, a donde llegó para seguir su carrera en Deportivo Madryn, habló de su paso por selecciones, de una anécdota con Ramón Priore –jugador también identificadísimo con el verdirrojo de calle Azara- y de todo el tiempo que se pasaba picando “la pelotita” en el gimnasio.
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