Hace 10 años, la madrugada del 17 de junio de 2010, las 4.40 con más precisión, el cabo Sergio Colombil de la policía de Río Negro, dio muerte de un balazo en la nuca al adolescente Diego Bonefoi, de 15 años, durante una persecución de nada, 15 o 20 metros a través de una plaza de lo que se conoce como el Alto de Bariloche, la conjunción más que geográfica de barrios humildes del otro lado de la postal de la suiza argentina.
La muerte de Bonefoi derivó en la mañana del mismo 17 en lo que se describió como una pueblada, y que no se trató de otra cosa que el crecimiento de las pulsaciones de la gente que se fue agolpando alrededor de la comisaría 28, acompañando a los padres del adolescente, para saber qué había ocurrido (el por qué ya lo tenían, desde la noción genérica del Alto, por ser los diferentes, los oscuros del reverso de las postales).
La pulsión fue incrementando la presión hasta que una piedra o un grito rompieron un vidrio de la 28 y empezaron los tiros. La seccional claramente desbordada, terminó convocando la intervención de cientos de policías de la Regional III .
A la tarde de ese 17, se contaban tres muertos, Bonefoi, el adolescente de 15, y otros dos jóvenes que habían salido a protestar contra la violencia policial que los terminó matando: otro adolescente, Nicolás Carrasco, de 16 años, y Sergio Cárdenas, un joven de 29. Ambos murieron durante la represión que llevó toda la tarde y que cayó sobre el centro de la ciudad, sobre la imagen turística que parecía inconmovible.
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Etiquetas: Archivo presente, Espacio para la Memoria