Tres gendarmes, uno de ellos con cargo de jefe, y un finquero, fueron imputados por facilitar el paso de camiones con granos a Bolivia por pasos ilegales. Así lo afirmó el juez federal de Orán, Gustavo Montoya, quien afirmó que se estima que por camión que cruzaba al país vecino, se cobraba una coima de 150 mil pesos. Mientras, del lado boliviano, la mercadería que estaba valuada en dos millones de pesos, por lo menos duplicaba su valor. La intención de este paso era la evasión de impuestos. Por ahora, se desconoce quiénes eran los dueños de la producción contrabandeada.
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