La bajante del río Paraná se sostiene a lo largo de toda su cuenca en los niveles más bajos de los últimos setenta años, lo que condiciona la navegación comercial, la generación de energía eléctrica y la vida de las comunidades ribereñas, mientras que las autoridades reiteraron su solicitud de "no derrochar" agua.
La represa hidroeléctrica de Yacyretá está operando con 12 de sus 20 turbinas generadoras, por la bajante del Paraná, lo que significa una reducción en la generación de energía de un 50%, que impacta en la oferta del sistema eléctrico argentino.
El organismo aclaró que "actualmente no está siendo afectada directamente (en particular lo relacionado al acceso de agua potable y saneamiento; como así también a eventos de remoción en masa en localidades linderas) la población en zona de influencia, pero las instituciones nacionales, provinciales y municipales tomaron previsiones en función del desnivel del cauce. Al día de la fecha no hay desplazamiento de medios federales en asistencia a la población".
El secretario de Articulación Federal de la Seguridad, Gabriel Fuks, dijo que "desde el Ministerio de Seguridad, se está centralizando la información de las distintas agencias del Estado en forma permanente a través del Sistema Nacional de Alerta y Monitoreo de Emergencias (Siname)".
"Este trabajo es muy importante para mitigar la afectación que puede producir los efectos de la bajante en la población y en el ambiente, la industria y los recursos estratégicos. Con toda la información recolectada se conforman mapas dinámicos de riesgo que permiten planificar con mayor eficiencia las acciones de apoyo y mitigación federal y la toma de decisiones", detalló.
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