Así lo aseguró la portavoz del Gobierno argentino, Gabriela Cerruti, quien realizó estas declaraciones pocas horas antes de que el canciller, Santiago Cafiero, participe de la asamblea de la OEA que se prevé tenga en agenda la crisis política de Nicaragua tras los comicios del domingo pasado en los que se impuso el presidente Daniel Ortega y que han sido descalificados por el grueso de la comunidad internacional.

La portavoz de la presidencia adelantó que Argentina va a llevar a la 51 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) la postura de “acompañar y cooperar” para que el pueblo de Nicaragua “pueda salir” de la situación que está viviendo.

Esta postura se da en el marco de los cuestionamientos del Gobierno de Alberto Fernández a la gestión de Luis Almagro al frente de la OEA, quien dejó en manos de los países que integran ese organismo la posible aplicación de la Carta Democrática a Nicaragua, según declaró en la conferencia previa a la asamblea.

Cerruti dijo que el país suramericano va a llevar adelante la “postura histórica de Argentina” de “acompañar y cooperar”, como dice la carta de la OEA, “para que el pueblo nicaragüense pueda salir de la situación que está viviendo”.

“Argentina cuestiona el desenlace del proceso electoral en Nicaragua porque entiende que no hay democracia limpia con presos políticos y con proscripción”, dijo Cerruti.

Agregó que el país sudamericano “denuncia la violación de los derechos humanos en Nicaragua”, como lo ha hecho acompañando los informes de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, Michelle Bachelet.

Ortega fue reelegido con el 75,87 % de los votos en los comicios generales del domingo pasado en lo que es su quinto mandato y el cuarto consecutivo, en unas elecciones cuestionadas por su legitimidad debido a la detención de siete aspirantes presidenciales de la oposición que se perfilaban como sus principales contendientes y por la eliminación de tres partidos políticos.

La Cancillería se había pronunciado tras los comicios al hacer un llamado para "acompañar al pueblo de Nicaragua para que cuanto antes recupere el diálogo y la convivencia democrática", en tanto que aclaraba que mantiene su "tradición diplomática de no injerencia en cuestiones internas en otras naciones".

Antes de las elecciones, Argentina se abstuvo sobre el tratamiento de la situación en Nicaragua en la OEA.

Cuestionada internamente y por organismos de derechos humanos la posición de Argentina frente al tema Nicaragua, la portavoz dijo que tratan de “minimizarla” cuando es “clara y contundente” y recordó que “muchos países hacen declaraciones” sobre el tema, pero los únicos dos de latinoamérica que convocaron a sus embajadores fueron Argentina y México.