El Tribunal compuesto por los jueces Luis Giorgetti, Raúl Aufranc y Diego Chavarría Ruiz encontró culpable del delito de abuso de la autoridad a cinco de los ocho ex funcionarios y policías que actuaron al frente del operativo represivo del 4 de abril de 2007 en el juicio denominado Fuentealba II. Mientras tanto, al acusado de abuso de armas lo absolvieron por el beneficio de la duda y también fueron absueltos los dos oficiales que estaban acusados de encubrir a Darío Poblete, asesino de Carlos Fuentealba.
Los ex altos mandos que fueron encontrados culpables son: Carlos Salazar, quien era comisario General, Jefe de la Policía de Neuquén el 4 de abril de 2007; Moisés Soto, quien era comisario general, subjefe policial en ese mismo año; Adolfo Soto, comisario General, Superintendente de Seguridad Metropolitana; Mario Rinzafri, director de Seguridad a Cargo del operativo; Jorge Garrido (Jefe de Departamento de Seguridad Metropolitana.
Mientras que fue Benito Matus el que quedó absuelto por el beneficio de la duda sobre la acusación de abuso de armas y también quedaron absueltos los oficiales Nincoleo y González a quienes el tribunal no comprobó que hayan encubierto a Poblete.
A la salida del tribunal Marcelo Guagliardo, Secretario General de ATEN, Pablo Grisón, quien era Secretario Adjunto de ATEN cuando fue el asesinato y Sandra Rodríguez, viuda de Fuentealba expresaron su conformidad con el fallo, la calificaron como una sentencia histórica y reparadora…
Guagliardo celebró el veredicto y expresó satisfacción por haber llegado “lo más cerca a lo que consideramos la justicia completa”. Grisón destacó que la justicia “sienta precedente de cómo deben comportarse los policías en las manifestaciones”. Agregó que Sobisch debería estar sentado, pero lo protegió un poder judicial que parece ir desmembrándose dieciséis años después”.
Por último, Sandra Rodríguez ejemplificó que “el escarmiento de Sobisch no sirvió” y felicitó a los compañeros docentes: “Dimos una muy buena clase pública de lo que significa defender la vida, los derechos y la democracia. No le fallamos a nuestros compañeros, yo no le fallé a Carlos, ni a sus hijas Camila y Ariadna, pero tampoco los docentes le fallaron a sus hijos y estudiantes. Se ha multiplicado Fuentealba. Esta es una reparación social, más que personal”.
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