El Presidente mantuvo desde la ciudad de Nueva York una videoconferencia con el investigador argentino Luis Caffarelli, quien fue el primer latinoamericano en recibir el Premio Abel, máximo galardón en matemáticas a nivel mundial.
Durante la comunicación, que tuvo lugar por la mañana y de la que también participaron el ministro de Ciencia, Daniel Filmus, y el decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Guillermo Durán, el mandatario felicitó a Caffarelli por el reconocimiento recibido por parte de la Academia Noruega de Ciencias y Letras, y destacó la importancia de la educación pública argentina.
"Conocemos la magnitud de ese premio y que se lo hayan dado a un científico salido de la universidad pública, del Colegio Nacional, es un orgullo. Es la mejor muestra de la importancia de la educación pública", afirmó el jefe de Estado durante la conversación, en la que además le manifestó a Caffarelli la intención de recibirlo pronto en Argentina.
Fue una conversación que se extendió durante alrededor de una hora, "muy linda", indicaron fuentes de Presidencia, que agregaron que Caffarelli le contó a Fernández que para él era muy importante "este reconocimiento de su país y de su Presidente por el premio que le habían entregado".
También dialogaron sobre el descubrimiento por el cual el investigador fue premiado, y que es una fórmula matemática compleja por la cual se puede predecir exactamente cuándo el agua pasa del estado sólido al líquido, y que "tiene una aplicación enorme en los temas de crisis climática y en el descongelamiento de hielos y de glaciares", añadieron las fuentes.
El Presidente y el investigador hablaron también sobre el último viaje que el mandatario hizo a la Antártida, en febrero pasado.
Caffarelli nació en 1948 y estudió Matemáticas en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se doctoró en 1972, y desde 1997 forma parte de la Universidad de Texas, Estados Unidos.
El 22 de marzo fue distinguido con el premio Abel, considerado el equivalente al Nobel en matemáticas, por sus contribuciones a la comprensión de las ecuaciones diferenciales parciales y los problemas de límite libre, lo que se vincula con las interacciones entre sólidos y líquidos.
El matemático viaja dos veces por año a la Argentina, donde hace reuniones y expone todos sus avances; además, sigue dando clases y mantiene una vinculación muy directa con la Facultad de Exactas de la UBA.
Por Daniel Scarímbolo, enviado especial de Télam.