El sujeto de la revolución neoliberal del Siglo XXI se reunió en el Hotel Llao Llao, Bariloche. Allí, la mas alta burguesía argentina escuchó a uno de sus cuadros mas combativos, Patricia Bullrich. Prometió una dictadura del proletariado invertida. Ésta, en la teoría, debía compatibilizar dictadura para la burguesía y otras clases dominantes del pasado y amplias libertades para los trabajadores y el pueblo. Bullrich altera los términos de la ecuación. Promete todas las libertades, la de mercado en primer lugar, para los de arriba y, si no dictadura, sí autoritarismo para los de abajo a través de la palabra “orden” que –dijo- será el concepto-guía de su eventual gobierno. Explicitó como se traduce en la práctica: mano dura para piquetes, mapuches, clases y sectores populares en general que molesten a una lógica de acumulación hipercapitalista.

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