El filósofo alemán Walter Benjamin afirmaba que detrás de cada fascismo hay una revolución fallida. Detrás de Hitler estuvo la revolución espartaquista derrotada; detrás de Mussolini estuvo el bienio rojo italiano; detrás del falangismo español la república socialista que no fue. Haciendo un uso libre de esta definición benjaminiana proponemos que detrás de la actual derechización de las preferencias electorales que registran las encuestas está la defección de los dos grandes partidos reformistas argentinos.

El radicalismo directamente se cruzó de vereda. El peronismo kirchnerista no introdujo justicia social a las estructuras del capitalismo argentino. Existe una sensación vaga, ideológicamente difusa de “cambiemos todo”. Esta demanda tiene respuestas por parte del PRO y Milei. Las derechas se apropiaron del concepto “cambio estructural”, entre otros motivos, porque antes estuvo un reformismo fallido que no lo hizo. Esta es la hipótesis que hoy propusimos para conversar.

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