El Concejo Deliberante de Neuquén aprobó un proyecto para crear un espacio para la memoria en homenaje a Celestino Aigo en la esquina de Remigio Bosch y Lanin. En la ochava se encuentra un mural que se realizó el 24 de marzo pasado. Es un trabajo conjunto de la familia de Celestino, las escuelas del distrito Limay, miembros del pueblo mapuche, ATEN, ADUNC, organismos de DD.HH, la comisión vecinal del barrio y vecinos.

Angélica Cano, docente del CPEM 34 de Neuquén, explicó a Aire de Todos sobre el proyecto y la vida de Celestino. Ella es parte de un grupo de docentes que trabaja en proyectos de educación intercultural y en el marco de la última huelga realizó el mural donde ahora se hará el espacio de la memoria.

“Chino” Aigo fue secuestrado el 12 de agosto de 1976 en Neuquén, durante la última dictadura cívico-mlitar. Nació en Aluminé y vivió allí hasta que por trabajo se trasladó a Bahía Blanca, Chile y finalmente a la capital neuquina. Se desempeñó como mecánico, empleado, ayudante de pintor en chapa y pintura. Su hermana Teresa lo describió como “un militante barrial que luchaba por la gente que menos tenía”. Sus compañeros cuentan que era un activo defensor por los derechos del pueblo ancestral, por este motivo había participado en reclamos de tierras para la comunidad mapuche de Aluminé.