Está claro que el fútbol cambió. Muchos sostenemos que se igualó para abajo y que la brecha entre los poderosos y el resto de los equipos es cada vez más notoria. Tanto es así, que mientras los conjuntos grandes consiguen refuerzos de jerarquía y con rodaje en Primera o, inclusive, en el exterior, el resto busca en el ascenso. No sólo en la B Nacional, sino en la B Metro y en el Federal A y B.
Rara vez, en las décadas del 70, 80 y 90, un jugador de la B podía saltar a Primera y mantenerse. Destacarse. Hoy lo logran...
No pudo el fenómeno del “Trinche” Carlovic. Y ese sí que jugaba un pedazo!. O un goleador de lujo como Gilmar Villagrán, de Lanús. Otro que Sand !
Pocos en ese momento podían ir a Primera. Uno fue Raúl de la Cruz Chaparro. El “petiso” hizo inferiores en San Lorenzo. Creció futbolisticamente en la “vieja” Primera B en Tigre, saltó a Instituto y hasta hizo grandes campañas en Rosario Central y River Plate (cuando vestía la banda, César Luis Menotti lo citó en la preparación para el Mundial 82, pero lo cortó en marzo de aquel año).
Ahora, en el nuevo siglo, equipos que han ascendido mantuvieron la base y pelearon campeonatos como Tigre o Godoy Cruz. Los que ascienden tienen justamente ese objetivo, mantener la base.
Últimamente son varios los que pegaron el salto y se la bancaron lo más bien. Uno es Marcos Acuña que se ganó la titularidad en Racing y hasta llegó a la selección. Otro, Ezequiel Ceruti de Sarmiento en la B Metro (tercera división) a ser titular en Estudiantes de La Plata antes y San Lorenzo de Almagro ahora. El “Pity” Martínez fue figura en la B Nacional en Huracán y River lo compró sin que juegue en Primera con el “Globo”.
Así podríamos citar bastantes con menos éxito que los anteriores y que saltan del ascenso a la Primera sin escala. Algo que antes no ocurría.
El fútbol tiene menos exigencias, está claro, por eso, en cualquier momento un encuentro terminará 2 a 0 y lo calificarán como “goleada”...