La decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como nueva capital de Israel provocó numerosas reacciones internacionales.

El movimiento islamista Hamás llamó a los palestinos a comenzar una tercera intifada, o levantamiento, y convocó para el viernes  a un día de ira.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, dijo que Jerusalén tiene que ser la capital tanto de Israel como de un futuro Estado Palestino.

Mientras el presidente israelí, Benjamin Netanyahu, confió en que otros países también trasladen sus Embajadas a la ciudad santa.
Con su anuncio Trump cumplió una de sus promesas electorales y además concretó una decisión que había tomado el Congreso en 1995 pero  que desde entonces se fue posponiendo.

Gabriel Bacalor, especialista en Medio oriente, analiza desde Jerusalén las consecuencias de la decisión de Trump.

La entrevista es de Cecilia Diwan del área Internacional de la Radio de Todos.

El presidente Donald Trump reconoció el miércoles a la disputada ciudad de Jerusalén como la capital de Israel, una decisión histórica que revoca décadas de la política estadounidense y corre el riesgo de desencadenar un nuevo espasmo de violencia en Medio Oriente.