Unos 300 agentes de fuerzas federales comenzaron a desplegarse en el estado brasileño de Ceará, que esta semana fue sacudido por una ola de violencia que pudo ser organizada por bandas que operan desde las cárceles.
El despliegue de las tropas de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública en esa región del noreste fue autorizado por el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro tras decenas de ataques incendiarios que las autoridades locales temen que puedan ser una respuesta a medidas para endurecer las normas en las cárceles.
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