Mil Gracias conversó con Lucía Acuña, miembro del colectivo de ex empleados de la Confitería Boston que logró reabrir como cooperativa la tradicional confitería marplatense. Hace doce meses la sociedad que había adquirido recientemente la firma a su histórico propietario se declaró en quiebra, tras acumular deudas con proveedores, adeudar salarios y evadir las contribuciones sociales. Desde entonces los trabajadores mantuvieron la confitería tomada y sobrevivieron vendiendo café y medialunas a voluntad. Esta semana recibieron un aval por parte del síndico judicial encargado de administrar la quiebra para gestionar la tradicional cafetería y panificadora como cooperativa.