El domingo 9 de noviembre de 1997, María Emilia y Paula Micaela González, y Verónica Villar salieron a caminar. Desde ese momento, nada se supo de las tres chicas hasta el 11 de noviembre, cuando fueron encontradas en una zona rural. Los cadáveres revelaron severos maltratos físicos, saña, marcas de ataduras, golpes y heridas de bala.
Claudio Kielmasz, que señaló el lugar donde estaría el arma homicida, pasó de ser testigo a imputado.
Mary Mella, tía de la María Emilia y Paula González, dijo que el único que podría aportar algo es Kielmasz y que por algo no habla. “Lo único que podemos hacer es recordar” lamento Mella.