En diálogo con NORTE GRANDE, Alejandra "Locomotora" Oliveras, séxtuple campeona mundial de boxeo, repasó su actividad como deportista, las charlas motivacionales que realiza de manera gratuita y su tarea social con el #TeamLocomotora, que visita merenderos y espacios de copeo. "Ojalá viajara por todo el país si fuera Mayweather, viajaría por toda la Argentina porque eso me hace feliz", afirmó sobre su compromiso con quienes menos tienen.

"Con el #TeamLocomotora, vamos donde hay hambre, donde están los pibes descalzos donde, hay pibas de 20 años que ya no tienen dientes. Juntamos dinero para el viaje y juntamos alimentos ropa, frazada, calzados, no lo hago bajo ninguna bandera política porque ellos no entran en los barrios", dijo. "Yo pasé frío y no puedo ver a un niño muerto de frío. Me llamaron de un barrio pidiéndome alimentos el año pasado y dije algo tengo que hacer y cuando fuimos con comida los comedores de todo Santa Fe empezaron a llamarnos. No les llevamos porquería, llevamos lo que nosotros comemos".

"Ojalá no tuviéramos que hacer esto, que hubiera más trabajo, pero mientras sea necesario vamos a ayudar. También hacemos campañas de salud y mientras yo tenga vida y fuerzas lo voy a seguir haciendo. Les decimos a las mamás que manden a sus hijos a la escuela, que sueñen, que sean profesionales, que sean deportistas, que salgan de la calle", dijo reflexiva.

A su vez recordó que "hoy se cumplen dos años de mi sexto cinturón. Rompí con el mandamiento machista que ellos tienen más fuerza. Rompí el reglamento e hicimos la pelea a 12 rounds de 3 minutos". Sin embargo remarcó que "duele saber que la mafia más grande que hay es la Federación Argentina de Boxeo. A las mujeres nos dan dos pesos mientras ellos se llenan los bolsillos y esa es una lucha tremenda la que se da abajo del ring".

Sobre la estigmatización del boxeo resaltó que "no todos los boxeadores son violentos. Cuántos abogados han matado a su mujer? Qué tiene que ver? No quiere decir que todos estemos en la misma bolsa. Yo promuevo el amor. Quiero ver a la gente con alegría, tengo un programa motivacional en Instagram y Facebook. Nada que ver ser boxeador con ser violento. El boxeo es un arte, es disciplina, es ser un atleta y levantarte a las 4 de la mañana, todo los días de tu vida. Hace 22 años que no tomo una gota de alcohol y ya dejé el boxeo pero sigo con la vida sana".

Dijo que su amor por el boxeo "sale por el hambre y la pobreza y porque no podía estudiar. No tenía para el colectivo. Una pareja que tuve me cagó a palos un montón de veces hasta que nació mi hijo y le pegó a él. Entonces me entrené para devolverle una piña, para irme y no volver más. Por eso les digo, chicas, no, no va a cambiar nunca".