La ministra de Salud, Carla Vizzotti, consensuó hoy junto a sus pares de las 24 jurisdicciones, diferir por tres meses la aplicación de las segundas dosis de vacunas contra el coronavirus “para proteger a la mayor cantidad de personas con alguna condición de riesgo, lo antes posible y reducir el impacto de las muertes por esta enfermedad”.
Además, se resolvió que en aquellas personas con diagnóstico confirmado de Covid-19, la segunda inoculación se postergue entre tres y seis meses, posterior al alta clínica.
Esta tarde, en el aeropuerto de Ezeiza, al recibir el nuevo embarque de la Sputnik V, Vizzoti explicó que la postergación de la segunda dosis corresponde a las tres vacunas que se están aplicando en Argentina, la rusa, la de AstraZeneca y la de Sinopharm.
La decisión se basa en la recomendación del grupo de trabajo de la Comisión Nacional de Inmunizaciones y apunta a vacunar al mayor número posible de personas con la primera dosis para maximizar los beneficios de la vacunación y disminuir el impacto de las hospitalizaciones y mortalidad por esta causa.
El consenso para la recomendación se produjo en el marco de la reunión que el Consejo Federal de Salud (Cofesa) mantuvo hoy, en la que las máximas autoridades sanitarias del país adoptaron las recomendaciones de los miembros de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) y del Comité de Expertos que se reunieron esta semana para analizar de manera integral la evolución de la pandemia.
“Ayer la Conain avaló -en este contexto- priorizar la aplicación de la primera dosis a la mayor cantidad de personas posibles con el objetivo de minimizar la mortalidad, y diferir tres meses la segunda dosis”, dijo Vizzotti.
Y agregó que la decisión se basa “no sólo en la evidencia científica, sino en favorecer la equidad en el acceso y, por supuesto, revisando permanentemente toda la información nueva y prosiguiendo con las gestiones para contar con más dosis lo antes posible y, así, cumplir con el esquema completo lo más rápido posible”.
La funcionaria aclaró que la estrategia se basa en el análisis de múltiples factores, no sólo en la evolución de la pandemia y la cantidad de dosis disponibles a nivel mundial, sino también en concentrar los recursos para vacunar más rápido a un mayor número de personas, en especial a los mayores de 60 años.
La ministra también expresó la importancia de tener en cuenta el carácter dinámico de los conocimientos en torno a las vacunas, en este caso los intervalos entre las dosis, que ahora son más amplios, y su evaluación permanente.
Luego de considerar la situación epidemiológica, la escasez, la inequidad global en la distribución de vacunas, la aparición de variantes y la evidencia científica, los expertos recomendaron tres estrategias:
Diferir las segundas dosis de cualquiera de las vacunas actualmente disponibles en nuestro país -Sputnik V, Covishield/ChadOx-1 y Sinopharm- a un intervalo mínimo de 12 semanas desde la primera dosis.
Después de los 3 meses de la primera dosis, se sugiere la aplicación de la segunda en forma escalonada priorizando la población de mayor riesgo de enfermedad grave (mayores de 60 y personas entre 18 y 59 años con factores de riesgo) para completar el esquema.
Además, dada la situación del personal de salud, incluyendo quienes están licenciados, se recomienda completar esquemas con intervalo convencional, en aquellos que realicen actividad asistencial y con alta exposición al riesgo o que manipulen muestras clínicas.
En aquellas personas con diagnóstico confirmado de Covid-19, luego de la primera dosis de vacuna, según definición del Ministerio de Salud, proponen postergar la aplicación de la segunda dosis entre tres y seis meses, posterior al alta clínica.
Desde la cartera de Salud indicaron, a través de un comunicado, que “la recomendación técnica pone en consideración que el número de casos de infección documentada es muy bajo en los seis meses posteriores al diagnóstico”.
Y agregaron que “la finalidad de esta estrategia persigue vacunar a más personas con la primera dosis y, de esta manera, favorecer el acceso al proporcionar una protección adecuada al mayor número de personas lo más pronto posible distribuyendo un insumo crítico entre quienes presentan más riesgo de complicaciones y muerte por el Covid-19”.
El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, por su parte, coincidió en que diferir la segunda dosis es “razonable" considerando la escasez de esta medicación a nivel mundial.
El funcionario dijo que la vacunación en Argentina "viene bien", precisó que fueron aplicadas "alrededor de 3,4 millones de dosis", que el país contará "en el día de hoy con más de 5 millones de dosis disponibles" y que el objetivo es vacunar a "30 millones de personas".
“El proceso de vacunación se está desarrollando al ritmo de la llegada de las dosis; a medida que vaya aumentando el flujo, vamos a ir avanzando a mayor ritmo", añadió a El Destape Radio.
Y explicó que, si continúa este flujo, para agosto se podría estimar que “el 50% de la población objetivo esté vacunada, que serían los adultos mayores y el personal de riesgo. En el escenario actual si fuera con una sola dosis sería posible", insistió.
Luis Cámera -médico experto en geriatría y miembro del grupo que asesora al Presidente- consideró, por su parte, que postergar la segunda dosis de las vacunas contra el coronavirus es “una estrategia válida para ganar tiempo”.
"Tenemos un fenómeno nuevo frente a la segunda ola que es el manejo del tiempo; cuanto más retrasemos la segunda ola más oportunidades tenemos de poder vacunar”, agregó.
El profesional recordó que el Reino Unido "vacunó a muchísima gente con AstraZeneca y Pfizer. Básicamente, todos están con una sola dosis y con eso han logrado bajar -en un redondeo- de 1.000 fallecidos, que han tenido por día, a 100”.
En diálogo con Radio 10, el especialista remarcó que tanto "la Sputnik V como la de AstraZeneca son efectivas ya en su primera dosis”.
En la reunión del Cofesa de esta tarde también participó el ministro de Transporte, Mario Meoni debido al trabajo interministerial realizado en torno a las nuevas medidas para el arribo de personas procedentes del exterior con la posibilidad de estar infectadas con el virus SARS-CoV-2 y de introducir nuevas variantes.
El funcionario adelantó que se aplicará una reducción progresiva de los vuelos para dar tiempo a los argentinos en el exterior de regresar y desalentar los viajes turísticos.
Por último, Meoni detalló que mientras que en enero los vuelos desde el exterior eran 170, la semana que viene serán entre 70 y 75.
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