Si bien la venta está regulada por una Ordenanza, el problema es la falta de controles efectivos por las autoridades municipales.
Cuando llega la denuncia sobre algún vecino o evento que está usando pirotecnia ruidosa, los Inspectores no llegan al lugar o van tarde, admiten en la Comuna.
Además, la norma fue cuestionada judicialmente por las empresas productoras y comercializadoras de pirotecnia por considerarla inconstitucional.
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