El PAMI les dijo a los laboratorios que rescindirá el acuerdo de provisión firmado en enero; la industria lo rechazó y dio plazo hasta el jueves para negociar.
El PAMI jugó fuerte cuando les informó a los laboratorios, mediante carta documento, que rescindiría el contrato firmado hace sólo tres meses, en el que fija sus condiciones de compra de medicamentos para todo este año. Pero la respuesta de la industria, que no tardó en llegar, fue aún más impetuosa: no sólo le advirtió al PAMI que no aceptará la rescisión del acuerdo, sino que además lo conminó a saldar la deuda que tiene con los laboratorios por $ 952,7 millones a más tardar esta semana. De no hacerlo, anticipó, lo responsabiliza de todos los inconvenientes que pudiera generar la finalización del convenio, entre ellos, la falta de provisión de medicamentos con descuento para los afiliados, en su mayoría jubilados.
“No recuerdo una respuesta tan tajante por parte de la industria -admitió el director de un laboratorio líder, con la condición de no ser identificado-. Pero tampoco una apretada formal y desde lo legal de un gobierno”, se sinceró.
En la nota que le enviaron al director ejecutivo del PAMI, Sergio Cassinotti, y a la que accedió LA NACION, los laboratorios agrupados en Caeme (extranjeros), Cilfa (nacionales) y Cooperala (cooperativas) rechazaron la carta documento del instituto que recibieron el 27 de abril, por considerarla “improcedente, abusiva y contraria al principio de buena fe”.
Según el texto, la actual gestión de Cambiemos ya renegoció el convenio en cuatro oportunidades, “incumpliendo en cada caso los acuerdos previamente alcanzados, afectando indebidamente la necesaria previsibilidad de las partes y la seguridad jurídica”. Así y todo, asegura, “en todas las ocasiones los laboratorios se sentaron a negociar de buena fe” y otorgando “cuantiosos descuentos”.
Por esta situación nos pusimos en contacto José Lázaro en “Estación Alfa”: