El juicio por el abuso sexual de Belén Chacón entró en su etapa final, con una última audiencia prevista para el próximo jueves. El imputado es su hermano Pablo, denunciado por violencia sexual continuada desde los 5 hasta los 19 años de la víctima.
El caso puso otra vez el foco sobre la prescriptibilidad de los delitos sexuales y el respeto al tiempo de les sobrevivientes para, si así lo consideran, llevar el caso a tribunales.
Desde el Área de Géneros dialogamos con Belén acerca del proceso que se atraviesa hasta llegar a esa instancia.
Belén Chacón pudo denunciar en abril de 2018, a sus 31 años, y la justicia respondió. El magistrado Alejandro Cilleruelo estimó que la causa no estaba prescripta y le dio curso.
En 2011 se sancionó la llamada “Ley Piazza”, que corrió el lapso de la prescripción a partir de la mayoría de edad de la víctima. Luego, en 2015, la Ley de Respeto a los Tiempos de las Víctimas dispuso que sea a partir de la realización o ratificación de la denuncia. Fueron avances muy importantes, que habilitaron la discusión sobre si este tipo de delitos debe prescribir y de qué forma.
Un estudio de la Organización Mundial de la Salud indica que 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 varones manifiestan haber sufrido violencia sexual durante su infancia. Los efectos les acompañan durante toda su trayectoria vital y la reparación es una tarea cotidiana.
Entrevista: Romina Ruffato