El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, denunció que la petrolera estatal
boliviana Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) canalizó el 30
por ciento del gas que iba a ser vendido a Brasil y lo envió a Argentina como
parte de un “plan orquestado” en su contra. También dijo que Petrobras
estaba “detrás” de la maniobra.
Aunque no mencionó ningún nombre en concreto, Bolsonaro dio a entender
que el objetivo era beneficiar al candidato opositor Luiz Inácio Lula Da Silva
después de que la estatal Petrobras obligara a los consumidores brasileños a
pagar “un precio más alto” por el gas que debía importarse de otros lugares.
Lula lleva la delantera en todas las encuestas para ganar las elecciones del 2
de octubre, probablemente sin segunda vuelta.
Desde que asumió el poder en 2019, Bolsonaro ha aplicado una política de
precios de paridad internacional con la que el valor de los hidrocarburos en el
mercado interno se ajusta al coste internacional, lo que ha situado el precio
de la gasolina y el diésel en torno a 1,70 dólares por litro.
En este escenario, Bolsonaro destituyó al director general de Petrobras, José
Mauro Ferreira Coelho, y nombró en su lugar a Caio Mário Paes de Andrade,
a la espera de la aprobación del Consejo de Administración, donde también
están representados los accionistas privados de Petrobras.
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