El presidente de Brasil y candidato a la reelección, Jair Bolsonaro, y su principal rival para las elecciones del 2 de octubre, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, se acusaron mutuamente de mentir y elevaron el voltaje del primer debate televisivo de la campaña, que incluyó un insulto del jefe del Estado a una periodista que intervino en el programa de la TV Bandeirantes.
Líder en los sondeos, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) fue el blanco elegido por Bolsonaro, que lo acusó de haber comandado entre 2003 y 2010 el gobierno "más corrupto de la historia" por los desvíos en la estatal Petrobras en el escándalo Lava Jato por el que fue condenado y luego absuelto por ser víctima de "lawfare".
El jefe de Estado le dijo dos veces "expresidiario" a Lula, quien le respondió que "está más limpio que el presidente y su familia" y prometió eliminar los decretos con secretos de Estado por 100 años firmados por Bolsonaro sobre gastos y personas con las que se reúne.
A su vez, Lula respondió que su Gobierno fue el que mejoró la vida de las personas y el que tuvo más transparencia en el Estado y acusó a Bolsonaro de haber "abandonado" al pueblo, tras afirmar que en 2018 fue preso para impedir que ganara.
El mandatario de ultraderecha protagonizó el momento más violento de la noche al insultar a la periodista Vera Magalhaes, que preguntó sobre el rol del Gobierno en la pandemia y Bolsonaro le respondió que "era una vergüenza para el periodismo" por abordar este tema, tras lo cual fue repudiado por sus colegas.
Por otro lado, cuestionó la relación política de su colega argentino, Alberto Fernández, con Lula al comentar cómo en Sudamérica han vencido elecciones aliados del líder del PT como Fernández en Argentina, Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia.
Lula y Bolsonaro participaron por primera vez de un debate cara a cara siendo los favoritos, realizado en la emisora del barrio de Morumbí de San Pablo, donde también estuvieron los candidatos Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT); la senadora Simone Tebet, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB) del expresidente Michel Temer; la senadora Soraya Thronicke, de Unión Brasil, del exjuez Sergio Moro; y Felipe D'Avila, del libertario Partido Novo, exbolsonarista.
Tebet y Thronicke intentaron posicionarse ante los electores -para los que no son muy conocidas- y atacaron los dichos de Bolsonaro. La senadora del MDB lo acusó de ser "misógino" y defensor de violadores y de torturadores de mujeres en la dictadura militar.
Bolsonaro, más tarde, dijo que existe una "victimización de la mujer" y defendió la agenda conservadora contra el aborto. Incluso dijo que liberó la posesión de armas para que las mujeres campesinas puedan defenderse.
Por su parte, Lula acusó a Bolsonaro de no "derramar una sola lágrima" por los muertos por la pandemia y lo cuestionó por el negacionismo con la vacuna, mientras que Tebet respaldó al expresidente y dijo que hubo corrupción en el Ministerio de Salud del actual mandatario para adquirir anticipadamente en un paraíso fiscal la vacuna india Covaxin.
Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, lidera la carrera electoral con 47% de la intención de voto contra 32% de Bolsonaro, según una encuesta del Instituto Datafolha publicada el 18 de agosto. Otros sondeos también ubican a Lula en la delantera, aunque con una ventaja menor.
El objetivo de Bolsonaro es recuperar puntos o restarle apoyos a Lula para llegar a la segunda vuelta electoral.
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