El analista internacional Kevin Ari Levin, analizó para Radio Nacional Formosa el contexto en que se produjeron las dos explosiones en el puerto de la ciudad de Beirut que conmocionaron al mundo.

“Los informes preliminares hablan de una situación de negligencia, de un cargamento de explosivos que también son fertilizantes que habían sido confiscados hace 6 años de un barco, al lado del puerto y que explotaron por un accidente, al principio había versiones que podía ser un depósito de bombas, un ataque de Israel, pero llega en un momento muy desafortunado”, expuso.

Es que Líbano está atravesando una profunda crisis económica y social, con una fuerte devaluación, una desocupación por arriba del 50%, con una corrupción endémica y la implementación de políticas de ajustes recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Es un país que también sufre las consecuencias de una puja regional entre Irán y Arabia Saudita, este país precisamente le cortó el financiamiento, justo cuando Líbano estaba teniendo que afrontar el ingreso de más de 1 millón de refugiados de la guerra civil siria, desde octubre hay protestas todos los días”, señaló.

Levin indicó que además, el gobierno de ese país está acusado de manejar de forma ineficiente la crisis del Covid, por lo que si a esto se le suma la crisis económica y esta negligencia que provocó cientos de muertos y miles de heridos, el clima de malestar social podría recrudecerse.

Penetración de intereses extranjeros

“Muchos sostienen que es la región del mundo más penetrada por intereses extranjeros, con fronteras que fueron trazadas por intereses europeos, considerando que el proyecto político de un estado libanés es inviable al intentar contener en sus fronteras a diferentes grupos que tienen intereses diferentes, presencia diferente, organización social diferente, con una identidad nacional inventada, como otras de la región, Winston Churchill se jactaba de haber trazado las fronteras de Jordania estando borracho”, criticó.

Dureza política 

Esta nación recibió las recomendaciones del FMI, como recortes presupuestarios, aumento de tarifas y el gobierno hasta llegó a proponer un impuesto al uso de WhatsApp  y el pan, lo que motivó la unión de los 18 grupos religiosos que históricamente estuvieron enfrentados, para manifestar en contra de una situación insostenible.

“Hay que ver si países de la región financian la reconstrucción, en un contexto en que está claro que el Líbano no va a poder”, finalizó.