En nuestro primer capítulo detallamos que muchas fábulas y cuentos infantiles tienen su origen en relatos folklóricos anónimos, que a lo largo de los siglos fueron reelaborados por distintos escritores. Uno de estos casos es el de La bella durmiente del bosque, popularizada por la adaptación de Giambattista Basile en 1634 (titulada Sol, Luna y Talía), que sirvió de base para las posteriores versiones de Charles Perrault (1697) y de los hermanos Grimm (1812). Asimismo, el éxito de la película de Walt Disney Pictures, en 1959, ayudó a la popularización de la historia a nivel mundial.
La versión más conocida en la actualidad es la de los hermanos Grimm, que se destaca por ser mucho más breve y simple que la de Perrault y la de Basile. Resumidamente, la historia se centra en una princesa que es maldecida de bebé por un hada que la sentencia a morir al cumplir quince años. Sin embargo, otra hada transforma el hechizo, aunque no consigue impedir que la niña duerma eternamente. A pesar de los esfuerzos de sus padres por evitar la maldición, al cumplir los quince años la princesa cae en un profundo sueño, pero logra despertar tras el beso de un príncipe.
En lo que refiere a su adaptación musical, una de las versiones más conocidas es el ballet que Piotr Illich Chaikovsky (1840 - 1893) escribió basándose en la versión de los hermanos Grimm (con elementos de Perrault), estructurándolo en un prólogo y tres actos. Estrenado en 1890 en el Teatro Imperial de San Petersburgo (con libreto y coreografía de Marius Petisa), La bella durmiente, op.66 fue un rotundo éxito. Como dato curioso, podemos mencionar que en el tercer acto aparecen personajes de otros cuentos y fábulas, como El gato con botas, Caperucita Roja, El pájaro azul, La princesa Florine, La bella y la bestia y Ricitos de oro. Tras la muerte de Chaikovsky, se editó una suite orquestal que tomaba algunos números del ballet original, la cual es interpretada con frecuencia por las principales orquestas del mundo, como esta grabación de la Orquesta Filarmónica de Viena, con la dirección de Herbert von Karajan.
No caben dudas de que las hadas son uno de los personajes que con mayor frecuencia aparecen en los cuentos y fábulas infantiles. Sobre ellas se inspiró Robert Schumann (1810 - 1856), uno de los compositores más importantes del Romanticismo, para escribir una obra para clarinete, viola y piano a la que titulo Cuentos de hadas, op.132. La misma se estructura en cuatro movimientos, y a diferencia de algunos de sus trabajos precedentes, en éste no hay prácticamente indicaciones sobre los modos de interpretarla, dejando que cada músico recree su propio mundo de hadas. Aquí, la interpretación de The Nash Ensemble.
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