Interrogamos y comentamos estos tres conceptos incluidos en la carta de Cristina Kirchner reiterando su “no” a la candidatura presidencial. Al primero le pusimos signos de interrogación. ¿Por qué la candidatura y la eventual presidencia son iguales a ser “mascota del poder”? No es un destino inexorable. Una voluntad política es la que decirle serlo o no. Democracia económica. Cristina Kirchner dice que esta democracia terminó en el año 2016, con el gobierno de Macri – Cambiemos. Proponer este concepto es un gran aporte a la discusión pública. Pero la democracia económica ¿terminó en el 2016 o nunca empezó en estos 40 años?
La democracia de las cuatro décadas empieza en las urnas y termina cuando empiezan las fábricas, las empresas, las oficinas, talleres de trabajo. Dicho con el lenguaje de una teoría conocida, “donde empieza la propiedad privada termina la democracia”. Y para que ésta no termine sino continúe donde empieza ese territorio hasta ahora inexpugnable, no es imprescindible una revolución. Los primeros pasos son permitidos por el muy liberal artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que ampara el derecho de los trabajadores y trabajadoras a participar en las ganancias de las empresas, con control obrero de la producción y colaboración en la dirección.
Además, si delegados, sindicatos, abren los libros de las empresas, se harán públicos la fuga de capitales, otros ilícitos empresarios y sobre todo un dato relevante para controlar la inflación: los márgenes de ganancia. “Insatisfacción democrática” es otro aporte importante. Tiene la capacidad de explicar algo que ocurre y que no tenía palabra que lo exprese. El día que se cumplan los cuarenta años será mucho mejor, mucho mas productivo evaluarlos en función de este concepto que las previsibles frases y discursos celebratorios. “Insatisfacción democrática nos podrá decir “festejemos. Pero a partir de ahora resolvamos todas las insatisfacciones que también cumplen 40 años”.
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