El economista jefe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), Juan Manuel Garzón en una conferencia en Santa Fé se pregunto ¿cuánto más puede crecer la producción de cerdos en Argentina?
En su desarrollo analizó la realidad actual del sector y las variables económicas nacionales e internacionales que influyen en la rentabilidad de la porcicultura y en sus posibilidades a futuro.
Con la asunción del Gobierno Nacional de Mauricio Macri, hubo un profundo cambio de reglas económicas en la Argentina: fin de las retenciones al maíz, baja a las de soja, aumento de tarifas, apertura de las importaciones de carne, sinceramiento del tipo de cambio, devaluación del peso; parecía un combo que provocaría una herida letal a la producción nacional de cerdos.
A pesar del ajuste en los márgenes, los índices de producción y consumo siguieron en aumento y el precio del capón se mantuvo en alza. El especialista en economía asegura que ello se explica por el aumento de la eficiencia: “el sector encontró la forma de producir cerdos de manera eficiente y a bajo costo, encontró la tecnología, la genética, el manejo, la sanidad.
Eso hizo que el sector se volviera más competitivo con respecto a las otras carnes, sobre todo a la bovina” dijo. El aumento del consumo se explica, para Garzón, en que “se empieza a corregir una situación irregular histórica, que es que consumimos poco cerdo en Argentina, a diferencia de otros países. La clave está en que ahora el consumidor encuentra carne de cerdo de calidad a un precio razonable”.
Respecto de las importaciones de carne porcina, Garzón puso como ejemplo la historia de la industria aviar en Argentina. “Para la carne aviar, hace muchos años, el cuco era Brasil –recordó Garzón-. Brasil nos vendía carne de pollo y nos complicaba el desarrollo local. Eso luego se superó, cuando nuestro sector aviar encontró las granjas, la tecnología, la eficiencia; encontró el horizonte.