"El arte de producir" espacio en el que la Radio Pública difunde el trabajo de las Pymes, cooperativas y emprendimientos regionales.
CUIMBÁ, Es un emprendimiento familiar, que surge de las necesidades que impuso la Pandemia. Mariano Gonzalez, un trabajador santafesino y su familia pusieron manos a la obra para salir adelante en tiempos difíciles, y así nació esta fábrica artesanal de alfajores santafesinos.
Con la ayuda de amigos y familiares arrancó la aventura de fabricar uno de los productos mas tradicionales, distintivos e históricos de la ciudad de Santa Fe. El alfajor santafesino está unido a la historia de la ciudad de Santa Fe. Su popularidad surge con la realización de la Convención Constituyente en el año 1853. Fue en esa ocasión cuando nuestros alfajores fueron conocidos por todo el territorio nacional de la mano de los 23 constituyentes que, luego de vivir 6 meses en Santa Fe, eligieron este postre para llevarlo de recuerdo a sus hogares.
Con respecto al nombre, los saberes ancestrales guaraníes cuentan que Eireté era una joven indígena casada con el guerrero Cuimbá, con quien tenía un pequeño hijo. Pero en una guerra tribal, Cuimbá falleció y la mujer y su niño quedaron en soledad. Un día mientras paseaban por el monte junto a su pequeño hijo, se alejaron de su tribu, y al sentir el acecho de un yaguareté, Eireté alzó en brazos al niño y comenzó a correr. Ante la desesperación de la joven, el dios supremo Tupá, decidió ayudarla y la orientó hacia la espesura del monte a través de los arbustos de espinillos, que se fueron haciendo cada vez más frondosos e impidieron el acceso del animal. Las espinas y las ramas del espinillo los protegieron y evitaron que el yaguareté lastime a Eireté y su hijo.
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Etiquetas: Artística Federal, El arte de producir