Hicimos uso de una categoría que propone el historiador César Tcach para ordenar el pasado cordobés en base a mitos y metáforas. En esta perspectiva, nuestra provincia fue “rostro anticipado” cuando acá hubo un conato de Revolución Libertadora antes de que ocurra a nivel nacional; cuando el Cordobazo fue el inicio de puebladas similares en otras provincias de la Argentina. Este fue el sentido de nuestra pregunta. Juntos por el Cambio y el Frente de Todos/Unión por la Patria dicen que efectivamente Jujuy es el rostro anticipado del país. La derecha define lo ocurrido como “un laboratorio” o “ensayo general” de lo que hará el kirchnerismo a partir del 11 de diciembre, si pierde las elecciones, cosa que se da como un hecho.
Desde el gobierno nacional, Frente de Todos/Unión por la Patria se dice lo mismo con sentido inverso: Jujuy demuestra cómo gobernará Juntos por el Cambio de ganar las presidenciales. Esto es una evidencia toda vez que “ajuste con represión”, en rigor, es su principal promesa de campaña. Entonces, gases lacrimógenos, palos, cárcel, las balas de goma a la cara de quienes protestan, sí son rostro anticipado de una Argentina gobernada Rodríguez Larreta o Bullrich. En la columna argumentamos por qué Jujuy no se deja encasillar en los conceptos “grieta” ni “casta” y por qué sí puede ser rostro anticipado de una fractura que es social e institucional.
La fisura de un pueblo con necesidades que no pueden esperar elecciones, que entre comicios y comicios necesita expresar su descontento y un Estado que produce pobreza, necesidades, y reprime las protestas por pobreza y necesidades. Jujuy es el rostro anticipado del país gobernado por cualquier fuerza política que haga uso del Estado para producir causas y reprimir efectos. Para producir pobreza, miseria, hambre, y exigir que las protestas se realicen los días feriados y sobre la vereda. Y si manifestantes bajan de la vereda, “cárcel o bala”. 40 años de democracia
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