Esta semana fue el Día del lector. Ahora agregamos, “de la lectora”. Fue ayer en homenaje al día de nacimiento de Borges, el 24 de agosto de 1899. Borges que supo decir "que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mi me enorgullecen las que he leído". En el día del lector podemos recordar que somos lectura permanentemente reescrita”. Y a esta definición la podemos extender mas allá de los libros, de los textos escritos.Vale para cualquier consumo cultural. Cine, televisión, redes, radio. Lo dijo, lo escribió Roland Barthes, semiólogo, filósofo, ensayista, escritor francés. Es autor de un libro titulado “El placer del texto”, entre muchos otros. Ante la pregunta “qué es leer” Barthes nos puede responder con otra pregunta. Por ejemplo. Nos puede preguntar si leímos El Quijote de Miguel de Cervantes Saavedra. Supongamos que le respondemos “sí”. Él nos va a corregir.Nos va a decir “no porque El Quijote de Miguel de Cervantes Saavedra no existe”. Lo que existe es El Quijote que vos leíste.
Diferente al que leyó cada lector que lo leyó. Para Barthes el acto de leer no es en absoluto un acto pasivo. La lectura, dice Roland Barthes, primero es placer y después producción de significados. Ahora nos quedemos con esta segunda parte. “La lectura es producción de significados”; leer es una “donación silenciosa de sentidos”. ¿Qué podemos entender por esto? Lo que se lee no es exactamente lo que quiso decir quien lo escribió. Por supuesto que el autor o autora nos proporciona “la materia prima”. En este ejemplo, Miguel de Cervantes. A partir de esa materia prima, el acto de leer aporta un valor que no está en el texto. Para Barthes es este lenguaje intermedio el que da sentido a la obra de arte. Está escrito entre lo el libro dice y lo que yo aporto al momento de leer. En esta línea, Barthes propone considerar al lector no un consumidor, sino un productor del texto. Para Barthes “los códigos que cada lector pondrá en juego al momento de leer, serán los códigos de su propia enciclopedia. ¿Qué enciclopedia, qué códigos? La enciclopedia y los códigos de la experiencia de quien lee.
¿Por qué somos lectura permanentemente reescrita? Leemos un texto. Cuando leemos este texto lo reescribimos al leerlo por esto que dije. Y cuando leemos otro texto o libro, también lo reescribimos y esa reescritura interactúa con la reescritura anterior. Y así. Para Barthes, leer es un juego. El juego es la interacción entre texto y lector que abren y reabren nuevas posibilidades cada vez que se lee incluso el mismo texto. Nadie lee el mismo libro dos veces. Entendamos por lectura no solo lectura de libros sino todo lo que escuchamos, música, diálogos. Los medios de comunicación que consumimos: radio, televisión, redes. Lo que decimos desde acá, desde el programa, es reescrito por ustedes que escuchan. Siempre. Pero en particular, cuando hablamos de política.
Lo que decimos es reescrito según enciclopedias y códigos peronistas, no peronistas o anti peronistas, izquierda, etc. Karl Krauss, escritor y periodista austriaco de principios del Siglo XX, escribió una idea parecida: “yo gobierno las palabras de los demás. Las mías hacen conmigo lo que quieren”. Día del lector, la lectora.Leer es el juego de la interacción entre texto y lector que abren y reabren nuevas posibilidades cada vez que se lee. Somos lectura permanentemente reescrita.
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