El semiólogo francés Roland Barthes anticipó hace décadas teorías que hoy tienen un conocimiento relativamente extendido: la lectura no es un acto pasivo; quien lee produce significados que no son idénticos a los propuestos por el autor, autora; por el texto. Desde esta perspectiva, podemos decir que no hay dos personas que lean igual libro; que nadie lee el mismo libro dos veces. Leemos un texto y al hacerlo lo reescribimos. Al leer otro pasa lo mismo y esta segunda reescritura interactúa con la anterior. Lo propio ocurrirá con las posteriores. Por esto somos escritura permanentemente reescrita.
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