Miles de mujeres tomaron las avenidas del centro porteño y marcharon desde el congreso hacia la Plaza de Mayo donde se leyó un documento, en el marco del tercer "Paro Internacional Feminista, 8M".
Según los organizadores, participaron colectivos de "lesbianas, travestis, trans, bisexuales, personas no binarias, gordas e intersex junto a trabajadoras ocupadas, desocupadas, precarizadas, y de la economía popular".
Grupos de niñas y adolescentes con los pañuelos verdes que reivindican la campaña por la legalización del aborto, marchaban junto a mujeres que portaban el pañuelo violeta que rechaza la violencia machista y otras que con los pañuelos naranjas reclamaban la separación de la Iglesia y el Estado.
Muchas de esas niñas también llevaban pancartas en las que reclamaban por los derechos de las niñas víctimas de violaciones que quedaron embarazadas y no pudieron acceder a la interrupción legal del embarazo.
Jazmín, de 14 años, se mostró a favor de la marcha y difundir la necesidad de salir a la calle sin riesgo de muerte. "Y si me llegara a tocar a mí, que sea el último caso", sentenció.
En Plaza de los dos Congresos, Sandra acompaña a su hija y a una amiga.
Sandra, de la zona de Loma Hermosa, explicó que está por ella y para acompañar a su hija, y reconoció "cambios radicales en la sociedad".
Su hija Naiara, de 16 años, explicó que le encanta "que todas nos movilicemos por los derechos de la mujer". También dijo que en su escuela "se arman debates" al respecto.
Los vendedores que habitualmente trabajan en las manifestaciones ofreciendo bebidas frías o sandwiches mezclaban sus voces esta tarde con quienes ofrecían pintar los rostros de los manifestantes a cambio de una contribución a voluntad.
Además, numerosos artistas realizaban intervenciones entre los manifestantes realizando acrobacias, breves teatralizaciones y otras presentaciones.
U grupo de mujeres de Pilar se acercó también al Congreso.
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