Los desencuentros y conflictos que ocurren al interior del gobierno pueden expresar una tensión entre dos proyectos. Cristina Kirchner representa un peronismo susceptible de ser caracterizado como progresista populista, populismo entendido según las tesis de Ernesto Laclau, esto es, no con el significado peyorativo que le imprime el lenguaje mediático generalizado y la derecha neoliberal. El Presidente, en 2019, ante una pregunta sobre su ideología, respondió “soy peronista progresista liberal”.
El movimiento siempre albergó en su seno distintas maneras de entender y practicar su doctrina. Que esto ocurra en la actualidad no debiera ser dramatizado. Lo que importa es resolver adecuadamente contradicciones secundarias, las de estos días, para que no pase a un segundo plano la principal, la graficada por el Presidente cuando define a la dinámica política argentina como la lucha entre dos modelos.
La unidad del Frente de Todos es condición necesaria para derrotar al antagonista neoliberal. En lo electoral, y también en sus estructuras socioeconómicas. Esta tarea demanda la construcción de una unidad aún más amplia.
No por mucho madrugar, de lunes a viernes de 7:00 a 9:00 con Nicolás Fassi, Paula Hernández y María Ester Romero.
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