El Presidente Alberto Fernández anunció el lunes que Argentina comprará 25 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V. Los primeros 10 millones de dosis llegarán en diciembre y el resto en enero.

En el presente, la Sputnik V está siendo testeada en 40 mil voluntarios para completar la fase 3. Entre fines de este año y comienzos del siguiente, el país iniciaría entonces con el proceso de distribución masiva, siempre y cuando la variante atraviese con éxito todas las pruebas. Este acuerdo con Rusia se suma a los que el Gobierno ya fue haciendo con los laboratorios de distintos lugares del mundo como Pfizer, Astra Zeneca y Sinopharm para garantizar la provisión de una efectiva vacuna contra el coronavirus.

Consultamos al respecto al Dr. Guillermo Capuya, quien dijo a LV4 Nacional San Rafael que “cualquier noticia sobre vacunas en esta época de cuarenta, es buena, pero hay que ser cautos, porque hasta el momento ninguna de las vacunas ha llegado a fase 3. Va a tener que tener terminada la fase 3, que actualmente está cursando, pero confío plenamente en cualquiera de las 11 vacunas, cuando tengan la aprobación correspondiente”.

“Habrá que esperar un poco –estima el profesional-  por lo que habrá que controlar un poco la ansiedad. Hay que ser optimistas, pero no se deben generar falsas expectativas. Con esta vacuna tal vez no se logre evitar la enfermedad, pero si evitar la hospitalización, la ida a terapia intensiva y obviamente la muerte”.

El médico recordó que estamos lejos de que la situación haya concluido. “Esto no ha terminado, estamos en plena situación pandémica, con una ola peor que la primera, por lo que hay que mantener los cuidados y esperar. La vacuna ofrece cierto grado de efectividad, que nos permitirá inmunizarnos y generar defensas.

Capuya entiende que inicialmente la vacuna no estaría incluida en el cronograma obligatorio.

“No lo tengo claro –señaló- porque no tengo información oficial, Mi opinión personal es que la salud pública está por encima de los derechos individuales. Creo que la obligatoriedad en determinadas vacunas es sumamente correcta y de hecho hemos evitado con la vacuna del sarampión 22 millones de muertes en el mundo en 16 años. Nadie puede negar lo que ha hecho la vacuna con la poliomielitis, una enfermedad que ha sido prácticamente extinguida”.