1483: En un pueblo de Sajonia-Anhalt, nace Martín Lutero, el teólogo alemán que inició la reforma religiosa que habría de cambiar la faz de Europa y que, como compositor y músico de ocasión, dentro del nuevo servicio introdujo los corales, pequeños himnos que él mismo compuso en cantidad generosa.
1668: En París, nace François Couperin, uno de los compositores más notables del tardío barroco francés, en especial, por su maravillosa música para clave.
1862: En San Petersburgo, muy lejos de sus escenarios habituales, Verdi estrena La Forza del Destino, una potente y maravillosa ópera a la que cierta ignorancia fetichista le atribuye, injuriosamente, el hecho de ser proveedora de infortunios graves.
1904: En Berlín, Ferruccio Busoni estrena su monumental, ciclópeo Concierto para piano y orquesta op.39.
1910: En Londres, Elgar presenta su Concierto para violín y orquesta, una bella obra que quedaría relegada a un segundo plano por el Concierto para chelo que habría de venir unos años después.
1928: Nace en Roma, Ennio Morricone, el célebre compositor de innumerables bandas de sonido, entre las cuales se pueden recordar Adiós hermano cruel, Novecento, La misión y Cinema Paradiso.
1967: Cerca de Frankfurt, nace Andreas Scholl, un notable contratenor alemán.