Uds. saben que el 2017 es un año electoral no solo para elegir concejales y legisladores de las distintas jurisdicciones; también para las cúpulas de diversos sindicatos.
Mañana mismo serán las del SUTE (Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación de Mendoza).
Por éstas horas, las listas que van a la compulsa electoral intensifican la propalación de sus distintos mensajes. Uno llamó la atención por lo (como podríamos decir…) por lo descarnado.
Un dirigente prometió a los afiliados trabajar en favor de una modificación de los estatutos para, por ejemplo, limitar los mandatos. Entiende que hay muchos que llevan excesivo tiempo fuera de las aulas por lo que, si no están en las escuelas ¿Cómo saben que pasa en las escuelas?
La protesta bien podría emparentarse con lo surgido del conflicto docente de la provincia de Buenos Aires que, por otra parte, hoy vive otro capítulo con un paro de 24 H
Recordarán que en el momento de mayor confrontación, tendenciosamente (o no) fluyeron versiones sobre que el dirigente Roberto Baradell (Suteba) sumaba más tiempo como gremialista que cómo docente. A punto tal impactaron los dichos que el sindicalista se retiró ofendido de un canal de TV cuándo los conductores le preguntaron sobre el particular.
Sabido es que éste tipo de situaciones se dan más en los ámbitos públicos que en los privados. Hay “trabajadores” que se pasan gran parte de la vida laboral de licencia. Es todo un síntoma que, desde la aplicación del ítem aula en Mendoza, bajó significativamente el número de suplencias. En otros tiempos aquí, en la radio, estábamos atestados de comunicados con ofrecimientos; hoy apenas son unos pocos.
Éste tipo de situaciones tendrán vigencia mientras no rija el principio rector de “a igual trabajo igual remuneración”. Y existen no solo en la educación. Hay gente que pasa (en algunos casos desvergonzadamente) décadas percibiendo un salario (bueno y seguro) por hacer nada.
En los ámbitos públicos, Todos tenemos un Muerto en el Placard.
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