Hasta el 20 de marzo, cocinar era sólo un hobby para Florencia Mejail. Su trabajo era en el negocio textil, donde trabaja hace 20 años. En Tucumán, tenía un local de ropa interior con su mamá y una casa de ropa para hombres con su marido.
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Pero la llegada de la pandemia, y la posterior cuarentena dictada por el Gobierno para frenar el avance del coronavirus, cambió los planes.
Según relata, los primeros días fueron de descanso, pero, con el tiempo, apareció la incertidumbre. "Al principio, los primeros días, uno dice 'voy a disfrutar de estar en la casa'. Uno pasa más tiempo con los hijos, pero después es medio desconcertante no poder hacer nada".
Entonces, ante esa incertidumbre, apareció la cocina, su "cable a tierra". "Empecé a ofrecer comida árabe a la gente conocida y desde ahí no paré ni un día prácticamente, porque he tenido éxito con mi emprendimiento casero", expresa.
Si bien aclara que hace todo tipo de comidas, dice que tiene la comida árabe en sus raíces. Su marido, que también dejó de trabajar, la acompaña en este proyecto.
"No tenemos fin de semana, nada de descanso, estamos a full con esto", señala.
Sin embargo, a partir de las nuevas actividades habilitadas por la provincia de Tucumán, que registra 47 casos positivos de Covid-19, entraron en una disyuntiva. Y es que, con el nuevo horario, que será de corrido de 10 a 18 hs, tendrán que articular entre los locales y su emprendimiento.
Acerca de la nueva "normalidad" de los comercios tucumanos, que usualmente abrían de 9 a 13 y de 17 a 21, la vicepresidenta segunda de la Cámara de Comercio de la Federación Económica de Tucumán pronostica un futuro incierto para la nueva medida y dice que, a pesar de poder volver a trabajar, están vendiendo un 30% de lo que deberían, sin contar las pérdidas que tuvieron en marzo.
Etiquetas: Coronavirus en Argentina, economía, Gente de a pie, Tucumán