Por Daniel Corujo
Veinte. Un número mágico.
Y el serbio Novak Djokovic este domingo en Wimbledon alcanzó ese número de Grand Slams al derrotar al italiano Matero Berretini por 6-7, 6-4, 6-4 y 6-3.
Veinte Majors. Igual que Roger Federer y Rafael Nadal.
Y ahora, para los que cuentan títulos, quien es el mejor?
La posibilidad que los tres estén en Nueva York para intentar “desempatar” en el US Open es una oferta muy atractiva.
De los tres, tenísticamente, el que mejor está, sin dudas, es justamente Djokovic. Amenaza con quedarse con todos los récords (ya tiene el de más semanas como número uno del mundo). Es el más joven del “Club de los 20”. El que está mejor físicamente. Y va por más…
Nadal sabe que tiene alguna chance de sumar algún Grand Slam más. Dejó pasar Wimbledon primero y los Juegos Olímpicos después. Pero pidió un wild card para jugar en Washington. Ya tiene preparada la gira de cemento estadounidense que terminará en Nueva York. No se va a dar por vencido. Justo él.
Federer llegará, si va, al US Open con 40 años. Una dobles operación en su rodilla derecha y, hasta aquí, con apenas 20 partidos jugados en los últimos dos años. Nada. Muy poco ritmo para competir de igual a igual con sus colegas que marcaron a fuego una época del tenis. Está hoy, claramente, por debajo del serbio y el español.
Hay un dato que, emocionalmente ante el amante del tenis, pone al serbio un escalón por debajo de Federer y Nadal. Sus enojos con ellos en medio de los partidos.
Lo ha hecho varias veces. Cuando el público no está con él, Djokovic suele tener comportamiento pocos simpáticos con los espectadores. Y en la final de Wimbledon los tuvo. Otra vez. Igual, parece no importarle eso de ser el “menos querido” del “Club de los 20”.
Y pensar que quince años atrás parecía rarísimo que alguien superara los 14 Grand Slams ganados del estadounidense Pete Sampras. Y no sólo lo superaron cómodamente. Sino que lo pasaron tres jugadores. Y siguen alli, haciendo historia.