El 6 de diciembre en el Tribunal Penal Colegiado Nº 1, de la Segunda Circunscripción Judicial de la provincia de Mendoza, integrado en esta oportunidad por los jueces Néstor Ariel Murcia, Jorge Alejandro Yapur Meca y Sergio Gustavo González dio a conocer los fundamentos de la causa caratulada: “CARRASCO ESTAY LUCÍA BELÉN P/ HOMICIDIO EN ESTADO DE EMOCIÓN VIOLENTA" y “VAZQUEZ CORREA ABEL ARNALDO P/ HOMICIDIO AGRAVADO EN RAZÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y CARRASCO ESTAY LUCIA BELEN P/ AV. HOMICIDIO DE NELIDA ELIZABETH VILLAR MONTECINO”
Sin embargo, ni el Ministerio Público Fiscal ni la Parte Querellante, mantuvieron sus acusaciones contra LUCIA BELEN CARRASCO ESTAY, por ello el tribunal la absolvió de culpa y cargo.
Los hechos involucran a dos familias (Villar-Montecino y Vázquez-Correa) con marcadas características sociales y culturales, y con pautas de organización de tipo patriarcal. A la fecha del hecho, la víctima contaba con apenas 21 años de edad, mientras que Abel Vázquez contaba con 24 años de edad.
Agravantes. Vinculo: relación de pareja.
Dada la confirmación de 3 testigos, los cuales indicaron que Nélida y Abel mantenían una relación desde los 14 años de ella, mientras que la relación se trasladó al ámbito sexual a sus 18 años aproximadamente.
En mayo del año 2012 según contó el propio imputado, mientras Lucía se encontraba en San Rafael junto a su bebé nacido prematuro, mantenía relaciones sexuales en su hogar con Nélida Villar.
El padre del imputado dijo en el Debate que su hijo, Abel Vázquez mantenía una relación oculta con Nélida Villar desde hacía varios años antes del hecho, mientras que paralelamente tenía relaciones sexuales con otras tres mujeres; es decir que mantenía cuatro relaciones “amorosas” simultáneas. Circunstancia que revela a Abel como una persona con gran capacidad de mentira, de modo tal que había logrado –aún en una pequeña ciudad donde toda la población se conoce- que cada una de las cuatro mujeres no supieran de las demás relaciones.
En su declaración, el propio imputado dijo en su defensa: que le hacía el “chamuyo” a Nélida, que le decía que si no estuviera con Lucía, estaría con ella, pero que para él, la relación con Nélida se circunscribía al ámbito sexual, que se “sacaba la calentura” con ella. Frase clara si las hay para deducir que existía la cosificación. Las mejores amigas de la joven víctima sabían y coincidieron con las fechas aproximadas del inicio de la relación sentimental, así como del verdadero amor que Nélida sentía por Abel Vásquez, y que para él la relación no era tal; simplemente “nos sacábamos la calentura”, “yo le hacía el chamuyo”, le decía “si no estuviera con Lucía estaría con vos”.
Por ello, el tribunal afirma sin temor a equivocarse, que Abel Vázquez mantenía una marcada preeminencia física, económica y emocional respecto de Nélida Villar, y que se valía de esa asimetría, usando a la víctima para finalidades que no la dignificaban ni como mujer, ni como ser humano.
En relación escenario del hecho y mecánica de producción de la agresión, el tribunal indicó: Valga en este punto remarcar que Abel Vázquez presenta características físicas -su altura, su peso, su porte- perfectamente compatibles con la monumental fuerza y energía empleadas por quien puso fin a la joven vida de Nélida Villar; además y como él mismo declaró, es derecho; por último, dado el trabajo que desarrollaba, también es experto en el uso de cuchillos.
El lugar del hecho también aporta indicios que lo incriminan.
El Cerro Ceferino se enclava en un entorno natural de grandes dimensiones, muy cercano a la Ruta Nacional 40; teniendo en cuenta que Nélida Villar contaba con 21 años a la fecha del hecho, que era deportista y gozaba de buena salud, es posible imaginar que ante una agresión proveniente de algún desconocido, seguramente hubiera logrado salvar su vida, pues contaba con muchas chances de ser vista, oída o de cualquier otra manera, auxiliada por ocasionales transeúntes, ciclistas, vehículos que transitaran por la ruta en ese horario. Testigos nombrados por el tribunal vieron una camioneta similar a que Vázquez tenía en ese momento bajo el puente del Río Malargüe.
Sobre los testigos presentados por la defensa, el Tribunal Penal expone en los fundamentos que aparecen contradicciones importantes. Al mirar con detalle y agudeza, notaron que el testimonio de su concuñada, lo contradice; el relato de un trabajador de la barraca se contrapone con el relato de Vázquez; el testimonio del padre del imputado resulta por demás coincidente con el relato de su hijo, y por ende, adolece de las mismas inconsistencias y contradicciones que han analizado.
En una de las partes, el tribunal indica: “Mienten los imputados o mienten los testigos, o mienten todos, y como resultado, nuevamente el mismo denominador común: estos testimonios en modo alguno avalan la versión defensiva, más bien producen el efecto contrario, siembran graves dudas y terminan desarmando un andamiaje que, sin temor a equivocarnos, sostenemos que fue artificialmente concebido”.
En cuanto al móvil, el escrito de los fundamentos manifiesta:
“Villar y Vázquez se comunicaban con bastante frecuencia, y no dos o tres veces por día como sostuvo el imputado en su indagatoria. Dicha frecuencia se intensificó los últimos meses de vida de Nélida, superando las diez comunicaciones diarias, y alcanzando inclusive picos de entre 15 y 20 comunicaciones por día. Estamos ante una frecuencia de mensajes y llamados verificados hasta bien entrada la madrugad que, indudablemente, han debido perturbar a Vásquez, fundamentalmente cuando gran parte de esos llamados o mensajes, eran recibidos por éste en horarios en los que ya se encontraba en su casa con Lucía Carrasco y sus hijas”.
La situación de intenso vínculo con claras exigencias no satisfechas, entre Vázquez y Villar, sumada al especial tránsito de la convivencia con su pareja “oficial” Lucía Carrasco, determinó esta necesidad de terminar con la vida de Nélida Villar y así, además de poner fin a su vida, lo hizo de modo artero y sumamente violento, usando un arma que manejaba con total destreza, conociendo perfectamente dónde, cómo y con qué profundidad debía dirigir la puñalada final.
Abel Vásquez la sintió a Nélida como una amenaza, ella ha sido -en su concepción arcaica, patriarcal, primitiva de este imputado-, la causante de la encrucijada vital en la que él sintió que se hallaba, que, en su mentalidad, “merecía” ser tratada de esa forma, se había “metido con un hombre casado”, lo había colocado en un callejón sin salida, o más bien, en una situación a la que él le encontró una salida acorde al escaso valor que le daba a Nélida; en realidad, de haberla respetado como mujer y ser humano, sólo debía enfrentar a su pareja y contarle de esa relación clandestina, asumiendo en todo caso las consecuencias.
Respecto a la pena a imponer al imputado Abel Arnaldo Vázquez Correa, debemos señalar en primer lugar que el delito por el cual éste fue condenado, “homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”), lo amenaza en abstracto con la pena única de reclusión o prisión perpetua.
Ante el pedido expreso de la medida de coerción personal formulada por el representante del Ministerio Público Fiscal al expresar sus conclusiones, la que fue resistida por la Defensa Técnica en la misma oportunidad; en el fallo que aquí se fundamenta, el Tribunal dispuso ordenar la Prisión Preventiva de Abel Arnaldo Vázquez Correa, y disponer su inmediata detención y traslado a la penitenciaria local.
¿Porqué se dicta la prisión preventiva?
Abel Vázquez es una persona nacida y criada en el departamento de Malargüe -el más grande de la provincia de Mendoza en extensión territorial, y el de mayor extensión de territorio limítrofe con la vecina República de Chile-, que, debido a su actividad y la de su padre, así como el parentesco de su esposa con su familia de origen residiendo en zona de campo, es conocedor de la región y de la gente que allí habita. Todas esas circunstancias objetivas, y demostradas, le facilitan indudablemente las posibilidades de darse a la fuga y evadir el cumplimiento de la pena impuesta.
La familia de Abel Vázquez es muy conocida y vinculada en Malargüe, dispone de medios, amistades y relaciones con gente de distintos sectores, sociales, políticos, etc., circunstancias éstas que también deben computarse pues podrían contribuir a facilitar su fuga.
Malargüe su radio y su gente, de lunes a viernes de 8 a 12 horas.
Con Marcela Moya, Javier Ibarra, Cecilia Di Césare, Carla De Francesco, Ezequiel Mombelli, Magali Esposito, Vicente Lucero y Walter Samchuk.
Etiquetas: Abel Vazquez, Lucía Carrasco, Nélida Villar, violencia de género