LA CARRERA DEL DIEZ DIEGO ETERNO

El primer Superclásico de Diego

La carrera de Diego tiene un espejo radial. Relatos, reportajes y recuerdos, se apilaron desde su debut en Primera en octubre de 1976. Un viaje por la historia maradoniana, a través de todos los puntos del dial que la contaron en tiempo real, sin saber que estaban escribiendo una página eterna. Como el 10…

Noche lluviosa, aquella del viernes 10 de abril de 1981. Por la 10° fecha del Metropolitano, Diego debutó en la Bombonera en un Boca-River. Partido muy especial, repleto de protagonistas ilustres. Fueron 90’ con superpoblación de próceres. Encabezaron la lista, los mundialistas del ’78: Fillol, Passarella, Tarantini, Alonso, Kempes y Houseman.

Después los campeones con el juvenil ’79: Maradona, Escudero, Ramón Díaz y Hugo Alves. Grandes inoxidables: Miguel Brindisi, 8 indiscutible de la selección nacional durante muchos años; Agustín Cejas, dueño del arco del equipo de José y el Puma Morete, goleador millonario del campeón ’75. Y conduciendo a los dos equipos, nada menos que dos símbolos importantísimos de la historia de los dos equipos: Silvio Marzolini y Angel Labruna.

El xeneize jugó con Carlos Rodríguez; Pernía, Ruggeri, Mouzo y Córdoba; Brindisi, Krasouski y Jorge Benítez; Escudero, Maradona y Perotti (Morete). En el banco, Rigante, Hugo Alves, Tesare y Abel Alves. Los once del millo, Fillol; Saporiti (Héctor López), Pavoni, Passarella y Tarantini; Juan José López, Merlo y Alonso; Pedro González (Ramón Díaz), Kempes y Emilio Nicolás Commisso. Suplentes: Cejas, Lonardi y Houseman.

El barro y la pierna fuerte fueron parte de la escenografía durante los todo el partido. A los 23’, un gancho al hígado de Merlo a Brindisi, con el árbitro como espectador privilegiado a un par de metros. Roja para el 5. Entonces Don Arturo Ithurralde llamó a los capitanes y selló la paz. Pero el alto el fuego solo duró 60 segundos. Cruce fuerte de Escudero y 10 contra 10.

En el primer tiempo, la música la pusieron Juan José López y Kempes y cuando se fundieron físicamente, el partido cambió de dueño. A los 10’ del complemento, la primera genialidad de Diego construyó el primer gol de Brindisi y a partir de ese momento, el superclásico tuvo otro destino.

Maradona escapó a tres fouls (Pavoni, Juan José López y Pasarella), tocó para Perotti y devolución a Diego. Mano a mano con Fillol el disparo del 10 fue rechazado por el Pato, pero la pelota buscó a Miguel y con todo el arco a su disposición, Brindisi decretó el 1-0. Cinco minutos después, Pavoni se equivocó de camiseta en un pase y le dejó la pelota mansita a Perotti. El 11 habilitó a Brindisi y su remate contra el palo izquierdo de Fillol, modificó el cartel: Boca 2-River 0.

La obra de arte apareció a los 23’. Diego recibió el centro de Córdoba, cuando el marcador se empilchó de puntero derecho. El 10 amagó cuando lo enfrentó Fillol, nuevo engaño cuando Tarantini se paró en la raya y con un toque suave, la puso junto al palo izquierdo. Cuando solo restaba la última pincelada, Víctor Hugo Morales por Radio El Mundo, incorporó un dato inédito para el relato futbolero en la radiofonía argentina. Una voz involucrada con la belleza, pedía final feliz para la película y “ta-ta-ta-ta, que sea, que sea…”, se convirtió en realidad.

Para los hinchas de River, el presente tomaba un retazo del pasado. Esas eran imágenes muy similares al gol que Diego le marcó al Pato un año antes en el Monumental, en la victoria del Bicho 2-0; cuando el arquero declaró: “Me hizo pasar de largo como un colectivo”.

Con semejante ventaja bajo el brazo, en los últimos 20’ del partido todo fue del local. El espacio que Merlo había dejado sin dueño en la primera mitad, se agigantó en el segundo tiempo cuando la cancha barrosa ya se había comido las piernas de los obligados al sacrificio ante la ausencia de Mostaza.

Boca sumaba 8 victorias y 2 empates, con 24 goles a favor y 9 en contra. Líder con buen semblante y 18 puntos. Por entonces, Brindisi era el goleador del torneo con 10 gritos. El Ferro de Griguol lo seguía de cerca con 16 puntos y River que tenía 13, empezaba a quedar lejos. Terminó cuarto a 11 del campeón.

Un dato muy importante: En los primeros minutos del partido, amarilla para Diego por una mano de Dios que tendría que esperar 5 años para ser bautizada.

Un recuerdo: Ante el Inter y en Brasil por la Libertadores 2020 (2 de diciembre), Tévez marcó. En el festejo se quitó la camiseta presente y apareció la de Diego, aquella noche del 10 de abril de 1981.