Cuando el 15 de noviembre de 1990 le otorgaron el Premio Cervantes, considerado el Nobel de las letras hispánicas, Adolfo Bioy Casares se preparó para rendir homenaje a quien, a través de su obra, lo animó a realizarse como escritor, pasión superadora de ese otro anhelo suyo, la dedicación al deporte.
Al autor de “Don Quijote de la Mancha”, novela fundamental para la narrativa moderna, “le debo la literatura que dio sentido a mi vida”, aseveró durante la ceremonia de entrega del galardón, en presencia del rey Juan Carlos de España.
La producción de Contenidos, Radio Nacional, recuerda este aniversario.
El mismo reconocimiento habían recibido los argentinos Jorge Luis Borges –su amigo, compañero de rutas fantásticas– y Ernesto Sábato, años después recayó en el poeta Juan Gelman.
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