Ante la proliferación de casos en los que se utilizaron productos y procedimientos médicos que no cuentan con el aval de las autoridades sanitarias, en comunicación con Radio Nacional Resistencia, el especialista Ignacio Maglio, presidente de la Comisión Ética de la Fundación Huésped y de la Red de Bioética de la UNESCO, afirmó: “todo esto es reciente y estas situaciones son fundantes en la bioética, que viene desde hace siglos. El primer principio es no dañar. Y en el caso específico del paciente que falleció después de recibir un producto no autorizado por la ANMAT, habrá que determinar tanto la actuación de quien lo prescribió y lo efectuó, como el de la Justicia que lo ordenó”, expresó.
Maglio detalló: “el sanatario apeló la orden judicial, pero aun con esa solicitud, el médico tratante se presentó y utilizó el producto, con la disconformidad del sanatorio. Desde el momento en que se conoció el hecho, el Ministerio de Salud de la Nación realizó una presentación judicial para que se determinen todas las causas”, dijo.
El profesional sostuvo que en los casos de ser médicos los que usan o recomiendan sustancias o tratamientos alternativos: “los fiscales o colegios médicos deben actuar en forma urgente, es una barbaridad. No hay que juzgar a los pacientes, a los ciudadanos, que tienen derecho a recibir información actual, veraz y certificada, no hay que juzgarlos. Son los profesionales los que deben actuar a derecho. Es más peligroso un médico malo que una fiera suelta”, sostuvo.
Maglio prosiguió: “hay especialidades que en realidad son ciencias ocultas o terraplanismo sanitario, como los antivacuna por ejemplo, que niegan todas las evidencias y avances científicos.
Los medios son muy importantes en la difusión de este tipo de productos supuestamente milagrosos, tienen que denunciarlos y no promoverlos, especialmente en casos en que lo hacen figuras famosas o de trascendencia. Los medios también pueden ser denunciados para determinar su posible culpabilidad, y cualquier persona puede hacerlo”, concluyó.
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