Un duro testimonio dio a Nacional Viedma el ex gendarme de Bariloche, Eduardo Cifuentes, quien pidió la baja años atrás de la fuerza y participó recientemente en la recolección de datos para "ayudar" en la investigación del homicidio de Lucas Muñoz.
Cifuentes dijo que conformó un grupo con policías retirados y en actividad luego de que el gobernador Alberto Weretilneck pidiera a la población que quien supiera algo lo aportara a la Justicia.
"Cuando sucedió este caso quedamos shockeados porque no es común que se pierda un uniformado armado", explicó y recordó que el mandatario había asegurado que se mantendríaen reserva la identidad de quienes brinden datos.
Dijo que se involucró por ser honesto y por el dolor de la familia y no por dinero. Afirmó que después de "tirar a algunas líneas para ayudar" pudieron recoger algunas grabaciones y conversaciones de uno de los policías integrantes del grupo con la novia del policía desaparecido. "Ella cuenta que participaron de una fiesta en Dina Huapi con intercambio de parejas y droga", dijo el ex Gendarme.
Las grabaciones fueron entregadas a la Gendarmería y enviadas a la Justicia. El ex gendarme declaró ante el juez Bernardo Campana y el fiscal Martín Govetto y dio su testimonio y datos.
Supuso que quedaba con identidad reservada, pero "este martes de la semana pasada a las 9 Gendarmería y Policía de Seguridad Aeroportuaria se apersonan en el domicilio y le dicen que buscan un pendrive, notebooks, teléfono y documentación".
Consideró que quedó "al descubierto y a la buena de Dios" y aseguró que "me van a matar".
Por eso denunció al juez y al fiscal porque peligra su vida y ahora se considera "un muerto caminando".