Este lunes volvió a repetirse el doloroso panorama de más de cien trabajadores y trabajadoras inmigrantes rurales, provenientes de Salta, Jujuy y Formosa, varados en la Terminal del Sol ante la imposibilidad de retornar a su hogar. Se trata de trabajadores rurales que llegan a la provincia a trabajar de manera informal en la cosecha de uva principalmente, pero también de aceitunas y membrillo. El drama humano se dio a conocer a partir del 9 de abril y aún no hay respuestas de fondo.
La Red de Derechos Humanos está alerta cada día de esta situación e interviene de manera inmediata con ayuda paliativa para que las personas hacinadas reciban alimentación, medidas sanitarias de emergencia en medio de la pandemia del covid-19 y refugios hasta que los colectivos estén en orden para los trasladados a sus provincias de origen. Desde Desarollo Social y Derechos Humanos de Mendoza intervienen una vez que los voluntarios ponen a los funcionarios en evidencia de que la problemática no cesa.
Según Ani Sosino, trabajadora Social integrante de Celpi y de la Red de Derechos Humanos, se devela que "no hay un plan de emergencia ya aceitado de parte del Gobierno de Mendoza y los gobiernos intervinientes para dar una respuesta rápida a estas familias de trabajadores que se exponen cada día y noche en la vía pública a esperar el retorno a su hogar".
Desde la Red de Derechos Humanos, al advertir el problema estructural de este sector, que hoy sale a la luz por la pandemia, exigen que a futuro el gobierno provincial tome registro de cada familia que ingresa al campo de Mendoza a cosechar y que se conozcan las fincas de destino, mayor presencia estadística de parte del Estado y políticas orientadas al fin de la explotación laboral de los y las trabajadores del campo por parte de los grandes empresarios del agro.
Escuchá el informe completo de la periodista Penélope Moro en "Mañanas de Sol":