Durante su exposición de la 77º Asamblea General de la ONU, el Presidente remarcó que el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner "buscó alterar una virtuosa construcción colectiva que el año entrante cumplirá cuatro décadas de vida". Fernández pidió un "rechazo global" a los "discursos extremistas y violentos" que buscan "erosionar" a las sociedades y a la democracia.
El mandatario afirmó que el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández el 1° de septiembre último "no sólo afectó la tranquilidad pública" sino que "también buscó alterar una virtuosa construcción colectiva que el año entrante cumplirá cuatro décadas de vida".
El mandatario inició su discurso ante la ONU -el primero que brindó en forma presencial debido a las restricciones que hubo por la pandemia los dos años anteriores- con un agradecimiento por la "solidaridad que Argentina ha recibido del mundo entero" ante el "intento de magnicidio perpetrado contra nuestra vicepresidenta".
Fernández señaló que "muchas veces en la historia los magnicidios han sido prólogos de grandes tragedias" y "pueblos enteros sucumbieron detrás de esos profetas del odio".
"Estoy seguro de que la violencia fascista que se disfraza de republicanismo no conseguirá cambiar ese amplio consenso al que adhiere la inmensa mayoría de la sociedad argentina", apostó.
El mandatario consideró que, "aprovechando la desazón que generó la pandemia y los efectos económicos de la guerra, los discursos extremistas y violentos proliferaron y encontraron tierra fértil para sembrar el sentimiento antipolítico en nuestras sociedades", por lo que, dijo, "guardar silencio ante semejante evidencia puede conducirnos a poner en crisis el mismo Estado de Derecho".
"Quienes buscan debilitar y erosionar a las democracias tienen intereses específicos que los llevan a promover la polarización extrema. No aceptemos resignados esa situación. Generemos un enérgico rechazo global a quienes promueven la división en nuestras comunidades", planteó.
El Presidente, asimismo, agradeció "a todos los Estados miembros por haber confiado en la Argentina para ejercer la presidencia del Consejo de Derechos Humanos durante este año".
En su discurso, que duró los 15 minutos que establece el reglamento de la ONU, refirió que "la defensa de los derechos humanos forma parte de nuestra identidad y de nuestra historia", en la cual "las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo nos enseñaron a persistir y a luchar".
Por otro lado, bregó por "imponer el diálogo y recuperar la paz en la disputa iniciada con el avance militar de la Federación Rusa sobre el territorio de Ucrania".
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