Luis Bremer entrevistó a Guillermo Rodolfo Pérez Roisinblit, nieto restituido, quién nos contó sobre la experiencia de la recuperación de su verdadera identidad.
"La reparación emocional es un proceso largo, yo no tenía idea de la existencia de los desparecidos ni de las apropiaciones, nunca sospeché sobre mi condición de bebé secuestrado."
"Un día vino a mi trabajo una chica, Mariana, quien al contarme que era hija de desaparecidos y estaba buscando a su hermano menor, y que podría ser yo."
"Fui a la sede de Abuelas, me esperaban Estela de Carlotto y su hijo Remo, y Mariana."
"Yo no debería llamarme Guillermo, no debería ser hijo único, tendría que haberme llamado Rodolfo y ser criado por mis padres, mis abuelos y mi hermana mayor, esas personas, al cometer el delito de apropiación de bebés nos cambiaron la vida a todos"
"La transición a la verdadera identidad no es fácil, pero animo a quienes tienen dudas sobre su condición que acudan a Abuelas, lo peor que me pasó no fue la restitución, lo peor fue mi secuestro, nacer en el sótano de la ESMA el 15 de noviembre de 1978 y que me arrancaran de los brazos de mi mamá para no verla nunca más"
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