Independiente y Santos de Brasil empataron sin goles en Avellaneda, en el partido de ida de octavos de final de la Copa Libertadores. En la visita fue expulsado Dodó cuando faltaban 10 minutos.
La noche había comenzado con fiesta para los hinchas de Independiente que llegaron temprano al estadio Libertadores de América. Jugadores actuales e históricos mostraron las 18 copas internacionales obtenidas por el rojo a lo largo del tiempo.
Pero el partido estuvo lejano a toda festividad, ya que se vio un juego deslucido, trabado, friccionado y muy cortado, sin tener ninguno de los dos equipos situaciones claras frente al arco rival.
El elenco de Holan careció de ideas para vulnerar a un conjunto brasilero que basó su trabajo en el despliegue físico para no permitirle a Independiente un buen control del balón. Las pocas llegadas del local fuero producto de la pelota parada, en las que Burdisso -el mejor jugador de la cancha- llegó a conectar dos veces de cabeza para llevar algo de riesgo sobre la valla defendida por Vanderley.
A causa del juego de fricción constante, el árbitro peruano Darío Haro le mostró la tarjeta roja a Dodó cuando se jugaban 35 del segundo tiempo, pero esto no tuvo ninguna incidencia en el juego, ya que Independiente tampoco supo aprovechar la ventaja numérica dejada por la expulsión del defensor.
La revancha se jugará el próximo martes a las 19.30 (hora argentina) y además del triunfo, a Independiente le alcanzará cualquier empate con goles para lograr el pasaporte a los cuartos de final.
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