El Rojo debía ganar y ganó. Tuvo compromiso, actitud e intensidad, como pide Holan, y derrotó a Corinthians 2 a 1.
De movida Independiente se plantó para ir a conseguir lo que necesitaba, y al minuto ya estaba festejando Martín Benítez.
En un inicio de partido donde generó situaciones claras para extender la ventaja, solo Romero estaba en otra sintonía. Domingo, Meza y Benítez eran los generadores del fútbol que Independiente extrañaba desde varios partidos hasta aquí.
El segundo llegó tras un centro venenoso de Maxi Meza que Romero impulsó en contra de su valla. Era 2-0 y estaba bien, aunque sobre los 32, Jadson definió ante Campaña para achicar la diferencia.
Independiente quebró una vez más la resistencia del arquero Cassio mediante golpe de cabeza de Franco que inexplicablemente el árbitro peruano Víctor Carrillo invalidó cobrando quien sabe qué cosa.
En los segundos 45' siguió siendo el equipo argentino el que estuvo más cerca de estirar, aunque una vez más falló en la definición.
Ahora deberá ir a Colombia. Millonarios es el próximo escollo de esta Libertadores en la que el Rey de Copas volvió a respirar.
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